dilluns, 18 de gener del 2010

Aprender idiomas

Anibal me recrimina que sólo escriba en un idioma minoritario, el catalán. Que no me internacionalice y con ello, no me avenga a los signos globalizadores de nuestros tiempos. Seguramente lleva razón, al menos comparto en cierta medida semejante opinión ¡¡Escribiendo en catalán parece que me sectarizo!!

Confieso que, en cierto modo me incomoda bastante escribir en catalán. El castellano me sabe mucho más cómodo, dado que resulta ser tant simple y divulgable... tan fácil de escribir. El catalán, un poco a semejanza del francés, requiere de mayor instrucción si se quiere escribir tal y como dictó Pompeu Fabra, y bien defienden sus prosélitos en la academia.

En el hipotético caso que tuviera que aprender sólo catalán, tal imposición no me molestaría; pero no es el caso. Además, siempre mezclo ambos idiomas de forma involuntaria; quizás se deba a que nunca pienso en las palabras propiamente, sino en la idea. Es una situación que me agobia bastante.

Pero es que Mark, des de Hollanda, me pide por su parte que escriba en inglés. También Olivier y otros. Y ciertamente debería usar el inglés antes que el castellano y el catalán. Antetodo, porque mis 'compatriotas' catalanes no verían mi desliz lingüístico en términos políticos. Pero soy pésimo en idiomas, en especial en inglés... aunque me defienda y pueda entablar conversación con cualquiera. Pero nunca alcanzaré una superioridad -Lo he aprendido demasiado tarde.

De todas formas, ante susodicha problemática he abierto tres blogs; uno para cada idioma. Si bien es cierto que últimamente sólo le estoy dando al de catalán (el de inglés lo abrí hace una semana). He intentado en varias ocasiones traducir los post, pero... menudo palo. Y de aquí comento una idea para mi firme desde hace ya años.

¿Debería de haber un único idioma? Bueno, el conflicto y la competitividad siempre son sanas, aunque el "laissez faire, laissez passer", o sea, el todo debe vivir y respetarse, comporta confusión, anarquía y corrupción...

Lo que sí tengo claro es que luchar por una lengua particular diciendo que ésta forma parte del patrimonio de una persona, no sólo és una farsa de la política sectaria que precisamente el catalanismo ha tendido a promover, sino que me parece un indicativo de la pobreza mental de una persona. Yo veo el idioma como un puro atuendo comunicativo, nada más. Discutir por si la camisa que me identifica tiene que ser roja o blanca porqué es la que llevaba mi abuelo me da risa -¿Será posible que haya gente tant corta?- Me pregunto a veces. Pero quizás sea yo el tonto; aquí se abre siempre una discusión.

Sé que los catalanes me recriminarán que sin nuestra lengua nuestra identidad se pierde. Si eso llegara a ser así, hay que hacérselo mirar: como pueblo ni somos nada ni nada valemos y 'el catalán' no es más que un fetiche inventado por cuatro escritorzuelos y políticos de pacotilla. En este sentido, cabría mirar a los judíos: un pueblo milenario sin que su lengua propia, el hebreo, actúe como su verdadera razón de ser... su fuerza primordial.

Creo que no es la lengua lo que nos identifica, catalanes, sino cierta forma de vivir, de ser, ciertos valores y hábitos, que por cierto, se están perdiendo. Durante mucho tiempo a un catalán se le reconocía po su "hacer". Leo a Pau Casals, a Dalí entre otros hombres de varias generaciones atrás y me viene en mente lo que decían: "vayas donde vayas, si dices ser catalán serás bien atendido." Quizás eso fuera una fanfarronada... Pero tendrá su granito de verdad.

En fin, estudiar idiomas, a mi entender, es una completa pérdida de tiempo ¡Tener que estudiar dos, tres, quatro convenios lingüísticos distintos para acabar soltando la misma estúpida idea es un desastre cultural! Dedicad tiempo y esfuerzo a pensar, aprender y generar ideas nuevas, más lúcidas, más potentes...

Si últimamente escribo más en catalán es porqué sé que la mayoría que me lee es catalano-hablante, y habitualmente hablo en catalán. Me he acostumbrado y hoy por hoy sueño en catalàn... O eso me parece.

En todo caso, Anibal, lo tuyo ya lo arreglaremos... Voy a ir sacando más cosas en castellano y en inglés.



3 comentaris:

  1. Bones Robert. Tan sols una breu observació sobre el que comentes. Darrerament he estat donant voltes a la qüestió lingüística, ja que allà on visc (Castelló de la Plana) és un tema polític de primer ordre.
    Entenc que hi ha una relació entre llengua i identitat que pot ser més o menys forta en funció de la realitat en que hom viu, i molt especialment en com hom viu aquesta realitat (ja sabem que les realitats no són mai objectives...). No obstant, crec que en la relació entre el català i el castellà s'hi produeix un altre fenomen a destacar més enllà de l'identitari: la qüestió del poder.
    Quan algú em vol forçar a parlar en castellà a la meva terra, on s'hi parla català, està intentat exercir el seu poder sobre mi. Si jo ho accepto, em doblego; si ho rebutjo, manifesto la meva voluntat d'exercir el meu poder.
    Certament, la llengua és una eina, quelcom al que es pot renunciar sense perdre identitat, sense perdre res fonamental. Seria el cas d'un eventual contracte lingüístic per simplificar les relacions entre individus, o entre nacions. No obstant, quan hom renuncia al seu poder en favor del d'algú altre, aleshores sí que renuncia a quelcom fonamental. Per tant, el debat no seria per mi si una llengua és més o menys parlada, si és més o menys pràctica, sinó què implica, en termes de poder, renunicar a ella.

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  2. T'aplaudeixo Carlos. M'encanta aquesta interpetació!!! Crec que és molt honesta i rigurosa.

    Deixa'm afegir algunes coses. Si bé és cert que haver de canviar d'idioma pot ser un símptoma de submissió, també és cert que es pot veure com una estratègia d'atac. M'entens? Jo puc passar a parlar en castellà, per exemple, i tot i així, puc sotmetra'l.

    De fet, la llengua, com a instrument d'acció, de per sí pot ser el centre de la disputa, tal i com bé comentes, però en el fons és un preludi per una guerra en què la llengua actuarà de mitjà.

    La llengua és una arma que busca convèncer, i haver de lluitar amb un arma que no és la teva pròpia és lluitar en camp contrari. Tot i així, un pot guanyar en camp contrari i de pallissa. Però s'ha de ser molt bo. I no obsessionar-se amb la llengua pròpiament. No veure-la com el començament i la fi de la guerra, sinó, en tot cas, com una batalla prèvia.

    En fi, tot això forma part de l'art de la sofísitca, del poder de la paraula. S'hauria d'estudiar més, perquè jo no en sé gaire.

    Cuida't Carlos

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  3. Tots dos teniu la part de raó. La paraula que et mancava era: pragmatisme. A vegades costa car practicar-lo , com li ha costat al Sostres escriure al Mundo.

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